¿ES MEJOR DOS PERROS QUE UNO SÓLO?


Esta es la historia de dos schnauzer miniatura que forman parte de una gran familia que siempre ha pensado que a la hora de criarse, los perros lo hacen mejor si están acompañado de otro perro, que le ayude a sociabilizarse y con el que pueda jugar siempre que quiera.
Tema: Cachorros - Autor: DOGKING

dos schnauzer

Cinco años de luto

Desde siempre ha habido algún perro en la casa. La abuela de la familia tenía una granja con todo tipo de animales, entre ellos perros. Para el rebaño contaba con varios gossos de d’atura y a parte se dedicaba a criar caniches. Fue así como su hija desarrolló un gran amor por los perros. Un día, uno de los caniches se escapó y fue a conocer el amor con un goss d’atura. De esta unión nació el perro al que llamarían Boomer y se convertiría en el perro de la familia.

Cuando el abuelo murió, se fueron a vivir a Mataró y Boomer también fue con ellos. Él vio nacer a sus dos hijos y con ellos demostró su gran fidelidad velando por ellos las 24 horas del día. Si el bebe se movía, Boomer avisaba a sus dueños. Si alguien extraño se les acercaba, Boomer le gruñía hasta espantarlo. Fue una relación muy estrecha la que se creó, por eso cuando después de muchos años a su lado finalmente murió, el golpe fue terrible.

album perro foto
Cuando se quiere tanto a un perro, es normal que la reacción inicial sea la de evitar por todos los medios volver a pasar por la mala experiencia de perderlo para siempre. Por ello, esta familia que tanto amor tenía por los animales pasó 5 años sin pensar en volver a querer a un perro.

Hasta que conocieron a Pipo.

Cómo llegaron a ser una familia de 7

Es cierto que el dolor de perder a un perro al que has querido puede ser muy similar al de perder a un familiar. Pero cuando a alguien le gustan los animales es muy difícil no compartir la vida con ellos. Fue así, como después de varios años, el padre de la familia comenzó a buscar por internet criadores de schnauzer miniatura. Y así conocido a DOGKING.

Costo convencer a la madre para que se acercara a conocer una camada de cachorros color salpimienta pero finalmente accedió, y cuando se vio con Pipo en sus brazos sabía que volvería a casa con él.

Su alegría y timidez, su delicadeza con los niños y sus ganas de jugar consiguieron enamorar a toda la familia. Pero faltaba algo. Pipo era un perro extremadamente cariñoso y sociable, y pensar que cuando los niños se iban al colegio y los padres a trabajar se quedaba aburrido esperando a que ellos llegaran les incitó a pensar en un compañero para él.

Fue así como Duck apareció en la familia. Un schnauzer blanco, dicharachero y juguetón con el que Pipo haría la dupla perfecta. Pipo, de 10 meses y ya educado, le enseñaría a Duck, de sólo 2 meses y medio, y juntos se acompañarían cuando estuviesen solos. Fue así como la familia pasó a estar completa de nuevocon un número mágico: el siete.



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